Ahora la superficie está gobernada por grupos de saqueadores que buscan objetos entre los restos de la civilización. Estos grupos odian todo lo relacionado con tecnología, ya que lo asocian con el consumo excesivo de energía que detonó la crisis. Y odian a los robots, que los gobiernos usaban para desalojar personas, en una suerte de Estados policiales.
La aventura empieza cuando Gris sale a la superficie y se encuentra con Lili, una chica que guarda en su mochila un secreto que podría cambiar el futuro de la humanidad.
Si les interesa el libro, pueden consultarme.
Esto dispara una reflexión. ¿Se puede escribir ciencia ficción para chicos? Claro. Festejo que la editorial se haya animado a sacar toda una colección del género. Y que lo hiciera a través de una selección pública de obras, entre las que quedó Adoradores de robots, la obra a la que hago referencia. Esta novela, además, está encuadrada en el subgénero postapocalíptico.
¿Qué presenta el subgénero postapocalíptico? Ciudades desiertas, rutas agrietadas, bandidos, saqueadores, la lucha por la supervivencia en su estado más primitivo. En definitiva, la barbarie. La civilización sigue un derrotero que la lleva a la barbarie.
Es un tema que tiene mucha tela para cortar, mucha imaginación para estimular. Porque en situaciones límite se ve la madera de la que están hechos los personajes. Así como hay una disputa de los sobrevivientes por lo poco que queda, también florece el compañerismo, la amistad y la lealtad entre aquellos capaces de ver más allá, de soñar con algo mejor.
También aparece un tema recurrente en la historia de la humanidad, que es la estigmatización de un grupo, en este caso los robots, para justificar la violencia y como intento de chivo expiatorio para resolver una crisis.
En el subgénero posapocalíptico el ambiente es un factor que produce cambios, o que revela la esencia de una persona, escondida detrás de las reglas y la ética de la civilización que cayó. Las historias de zombis, favoritas de chicos y grandes, se podrían incluir dentro de lo postapocalíptico, aunque más difícilmente de la ciencia ficción. Después de todo, la caída de la civilización implica empezar de nuevo, tal vez con nuevas reglas y una ética nueva. Algo que estaba mal antes, no necesariamente está mal en un contexto de muertos vivientes que caminan por las calles. Entonces chocarán aquellos personajes que quieran volver las cosas a como eran antes, y aquellos que quieren construir algo nuevo. También Wall-E, la película de Disney, es un gran ejemplo de ciencia ficción postapocalíptica.
En mi blog literario pueden encontrar librerías que venden la novela y en el blog Arte para chicos una muy buena reseña.
Muy buen libro para chicos .
ResponderEliminarLa historia es atrapante y muy buena.
Muchas gracias por tu comentario, que es el alimento con el que los escritores nos nutrimos para seguir escribiendo.
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