La pasión de tratar los usos más curiosos en el dialecto criollo nos trae a este artículo. Lo escucharán en boca y en prosa de periodistas de arte y de chimentos, intelectuales de verdad o de realitys, docentes de la vieja guardia destroza orejas o con onda y cursos sobre medio ambiente, vecinos molestos y amables, comerciantes de Palermo Soho o del Todo x 2 pesos de la vuelta, y todos los etcétera que se nos puedan ocurrir…
-¿Qué cosa vamos a escuchar?
-Y… una cuestión muy importante.
-Seguro que una cuestión media volada.
-¿Media volada?
-Sí, ¿qué parte de lo que digo no entendés?
-Bueno, no te enojes, es que no sé bien a qué te referís. Que yo sepa no se me voló ninguna media últimamente. Además, sería un poco tonto que hablemos de la media que se me voló un día de mucho viento.
-¿De qué estás hablando?
-Y no sé, vos me querés hablar de una media y yo qué sé.
-Esta conversación se está volviendo media rara.
-Y de vuelta con las medias vos, estás un poco obsesionado. Para la próxima te compro unos pares en el supermercado que están en oferta y no son nada raros, muy comunes, colores apagados y varoniles.
-Pero si yo no te estoy hablando de medias. Te digo que seguro me decís algo volado.
-Ahh, bueno, sí. Igual el tema lo introdujiste vos.
-¿Yo?
-Y sí, con eso de las medias voladas que no sabía si querías decir que habías volado un poco, que se te había volado la media o algo así.
-¿Pero qué dije mal para que no me entendieras?
-Dejame escribir otra vez como ensayista y rajá de esta conversación, y ahí vas a entender.
-Bueno, perdón por interrumpir. Acordate de llamarme si se arma partido el fin de semana.
-Y… una cuestión muy importante.
-Seguro que una cuestión media volada.
-¿Media volada?
-Sí, ¿qué parte de lo que digo no entendés?
-Bueno, no te enojes, es que no sé bien a qué te referís. Que yo sepa no se me voló ninguna media últimamente. Además, sería un poco tonto que hablemos de la media que se me voló un día de mucho viento.
-¿De qué estás hablando?
-Y no sé, vos me querés hablar de una media y yo qué sé.
-Esta conversación se está volviendo media rara.
-Y de vuelta con las medias vos, estás un poco obsesionado. Para la próxima te compro unos pares en el supermercado que están en oferta y no son nada raros, muy comunes, colores apagados y varoniles.
-Pero si yo no te estoy hablando de medias. Te digo que seguro me decís algo volado.
-Ahh, bueno, sí. Igual el tema lo introdujiste vos.
-¿Yo?
-Y sí, con eso de las medias voladas que no sabía si querías decir que habías volado un poco, que se te había volado la media o algo así.
-¿Pero qué dije mal para que no me entendieras?
-Dejame escribir otra vez como ensayista y rajá de esta conversación, y ahí vas a entender.
-Bueno, perdón por interrumpir. Acordate de llamarme si se arma partido el fin de semana.
La confusión del adverbio con el adjetivo
Una técnica sencilla para no confundirlo
¿Qué conclusión se puede sacar de todo esto? ¿Se volvió un tanto enmarañada la explicación? No se asusten, es sencillo. Cuando usamos el “medio” para decir que tal persona o tal cuestión no está completamente de tal o cual manera, sino que un poco, sabremos que estamos usando un adverbio y que no debemos modificarlo. Si nos queremos confundir menos todavía, reemplacemos el “medio” por “un poco”. Si la oración queda coherente, en efecto, dejamos el “medio” sin meterle género, tranquilo y sin andar toqueteándolo. Saquemos la tablita a ver si funciona.
Ejemplos
“La serie era media mala”. “La serie era un poco mala”. Funcionó el “un poco”, así que está mal. Corregimos: “La serie era medio mala”.
“Las medias eran medias truchas”. Faaa, qué confusión se nos arma acá. Menos mal que tenemos la tablita. “Las medias eran un poco truchas”. Entonces corrijamos: “Las medias eran medio truchas”.
“Quiero medio docena de empanadas”. Ahí suena mal ¿no? “Quiero un poco docena de empandas”. Entonces ahí sí. “Quiero media docena de empanadas”.
¡Hasta la próxima!
Breve anexo
Tengan en cuenta también el número. Hace unos años, durante el breve gobierno de chupete, había un programa que se llamaba “Medios locos” en Canal 7, conducido por el fallecido Adolfo Castelo. El título justamente jugaba con la alusión a los medios de prensa, y a la vez con este mal uso que se hace de los adverbios. Entonces la interpretación quedaba como que era un programa periodístico con humor y periodistas locos. Bueno, de la misma forma en que no se puede decir “media loca” (a menos que en el futuro saquen un producto que se llame Loca y en los kioscos se fraccione), tampoco se puede decir “medias locas” ni “medios locas” ni “medios locos”. Se debe usar el adverbio así como nos viene impuesto por la gramática española: medio, sin darle género ni darle número.
Ahora sí, nos estamos viendo.
Buenísima la explicación, bien escrita, ingeniosa y divertida. ¡Y con diálogo! Me encantó.
ResponderEliminarEs un error decir: “La explicación es medio buena”…es ¡Excelente!
ResponderEliminarMe encantó… Super clara entretenida! voy a seguir buceando en esta página qeu acabo de descubrir!
ResponderEliminar¡Mil gracias a todos!
ResponderEliminarmuy bueno!
ResponderEliminarbruno, una pregunta, por casualidad sos docente de semiologia en la UBA ?
No tengo el privilegio (aunque algunos ad-honorem de la UBA relativizarían un poco el término “privilegio”).
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