¿Nunca les pasó que, al leer una frase, no supieron cómo interpretarla y tuvieron que seguir leyendo para reponer el contexto y ahí sí entenderla? Es uno de los problemas que genera la organización bastante flexible de nuestro idioma. Tenemos la oración con su principal elemento, la flexión verbal (el verbo, che), que puede aparecer por cualquier lado, y los constituyentes de la oración, que también se pueden mover. “Se me piantó el lagrimón cuando miré la góndola de la carne”. “Cuando miré la góndola de la carne se me piantó el lagrimón”. “El lagrimón se me piantó cuando miré la góndola de carne”. Todas esas oraciones tienen perfecto sentido. Claro que tampoco podemos jugar y mezclar todo anárquicamente. “Se me piantó la góndola cuando miré el lagrimón de la carne”. Queda gracioso pero es agramatical. De ahí la importancia de reconocer constituyentes en una oración para armar oraciones gramaticales. Como vimos, los constituyentes tienen la propiedad de poderse mover dentro de la oración, sin que la oración pierda sentido.
Entonces, retomemos el tema de las ambigüedades. Podemos encontrarnos con esta frase: “Me quedó la remera blanca”. Tenemos dos posibles interpretaciones.
1 - Tengo todas las remeras sucias o rotas, y me queda limpia o sana sólo la remera blanca.
2 - Mientras descansaba lo más pancho en la reposera, desde el balcón del 6° D me tiraron un baldazo de lavandina en la cabeza y me quedó la remera blanca.
Son dos interpretaciones bastante diferentes. ¿Qué cambia en cada una de ellas? La función del constituyente. En la primera no se puede decir: “Tengo todas las remeras sucias o rotas, y me queda limpia o sana sólo blanca la remera”. En cambio, en la segunda “blanca” sí se puede mover: “…me tiraron un baldazo de lavandina en la cabeza, y blanca me quedó la remera” o “y me quedó blanca la remera”. Blanca ya no es más un complemento de remera, sino que es un predicativo objetivo y se puede mover.
Sustituir por pronombres
También podemos sustituir por pronombres. En una oración como: “Los turistas encontraron la ruta bloqueada” podemos estar hablando de que los turistas se sorprendieron al encontrar que la ruta por la que viajaban estaba bloqueada, o bien hablar de turistas de una universidad internacional muy prestigiosa, expertos en bloqueos de ruta, que al fin encontraron su objeto de investigación. En el primer caso se puede pronominalizar (es decir, reemplazar por pronombre) de la siguiente manera: “Los turistas la encontraron bloqueada”. En el segundo caso no. “Los turistas la encontraron”. Es lo mismo que en el ejemplo anterior. En una interpretación “ruta bloqueada” es el mismo constituyente, por eso se lo reemplaza completo, y en el otro “ruta” y “bloqueada” se analizan como constituyentes separados.
Ambigüedad léxica
Hay otro tipo de ambigüedad llamada “léxica”, que se presenta cuando una palabra se interpreta de muy diferentes maneras. “Estaba solo y desamparado a la noche, y tuve que recurrir a un gato”. La primera interpretación de nuestras mentes chanchas es el uso de “gato” en el sentido de prostituta. Pero al pobre tipo se le podría haber quedado el auto en una calle oscura, sin tránsito, y tuvo que sacar el gato para levantar el auto y cambiar una rueda.
El punto y coma
Antes de concluir, y a modo de yapa, analicemos la cuestión que deslizó Julieta en los comentarios hace un par de semanas. El punto y coma. Se dice que Borges lo manejaba con maestría. Tiendo a pensar que así fue. Por lo general no se recomienda su uso a principiantes, porque hay que hilar fino para descubrir el ritmo, la dinámica de la oración, ese lugar exacto donde ni una coma ni un punto logran su cometido. Al fin y al cabo son marcas formales que no separan oraciones pero sí proposiciones. Con punto y coma no deberían separarse nunca distintas ideas. Suelen aportar dinámica cuando distintos sucesos se producen aceleradamente, o uno inmediatamente después del otro. Veamos: “Riquelme llegó al área con pelota dominada; sabía exactamente dónde iba a picar Palermo, y le puso el pase justo para que convirtiera”. En ese caso poner un punto le habría dado una excesiva lentitud al relato. Claro que hay estilos y estilos. El estilo de Bukowski, por ejemplo, mantiene toda su dinámica y belleza a pesar de que emplea puntos seguidos constantes.
Ahora sí, hasta pronto. Ojalá hayan pasado un lindo fin de semana y empiecen relajados la semana corta que nos espera.
Genial, aprendo y me río. Mis agradecimientos y una duda. Donde dice: “los constituyentes tiene la propiedad de poderse mover…”. ¿Es correcto poner: “…la propiedad de poder moverse…”? Siempre tengo esa duda.
ResponderEliminarHola Silvia. Gracias por tus comentarios. Sí, es correcta la forma que planteás de escribir esa frase. Lo único que cambia es el lugar del “se” impersonal.
ResponderEliminar¡Yo también siempre tuve esa duda! Gracias.
ResponderEliminarEs muy interesante el artículo, incidentalmente este es el fenómeno que impide que las computadoras puedan comprender textos en forma automática. Nada de “Terminator” por ahora.
Sí, nada de Skynet, al menos hasta que Chomsky descubra la abstracción máxima de la lengua y empiecen a fabricar cerebros psicotrónicos en China.
ResponderEliminarHola a todos yo soy SAMIR AHMED , guia turistico y soy egipcio . Estoy escribiendo ensayitos sobre la civilizacion egipcia y siempre tengo muchas dudas linguisticas para resolver y en cima de eso pretendo embellecer mi estilo . La verdad , siempre estoy muy confuso y no se que hacer .
ResponderEliminarHuelga decir que el contexto es el molde donde se justan las palabras , expresiones , ideas , etc. Con mis ensayitos todos podemos hacer practica para corregirlas y embellecerlas .
Primer ejercicio
Los primeros egipcios eran monoteístas
En la famosa obra francesa literaria , EL PRINCIPITO , el niño protagonista ve a su dibujo como si fuera una serpiente, una boa tragándose a un elefante. Aunque los demás ven el dibujo como un sombrero. Eso es lo mismo que pasa con nosotros cuando miramos las viñetas , rebletas de símbolos y las imágenes de la cultura egipcia, teniendo la impresión de que los antiguos egipcios fueren politeístas. La mala traducción del término ,«neteru», como dioses , ha dado origen a un gran equívoco en lo que a la religión de los primeros egipcios se refiere.
El pueblo egipcio que estaba fijándose en el cielo para calcular la medida o la fecha de las inundaciones del Nilo , debería acabarse por ser monoteísta aunque . Además de las tres teorías de la creacion del universo buscaban una respuesta concreta, de qué o quién es el Dios creador del universo. Quien ha leído sobre el planteamiento judíocristiano_islámico, en cuanto a la creación del universo, sabrá en seguida que las tres teorías egipcias son sólo escenas distintas del mismo proceso de la creación del universo.
El rey gobernaba en nombre de una de estas escenas, teniéndose en cuenta las necesidades , las circunstancias y las características de la época. Y según ellas se eligió uno de los primeros seres del cosmos para personificaba el objetivo más
deseado por el pueblo egipcio. Por eso , el pueblo mantenía con cuidado incesante aquel ser convertiéndolo en la emblema del país y el ejemplo a seguir respecto a la más destacada de
sus cualidades que simbolizaba algún valor nagativo o positivo que había estado en falta en aquel entoncés , como la audacia , la sabiduría , la bondad , la maldad en contra de los pueblos invasores u otra cualquiera entre muchas cualidades.
Cada uno de los primeros seres , la tierra ,el cielo , la luna , el sol , el Nilo , la flor de loto , el papiro , la cobra , el chacal , la vaca , el escarabajo , los primeros hombres y cada uno de los que se les rendía homenaje en el antiguo Egipto tenía su característica más acusada .Y así sigue siendo una muestra , un símbolo o atributo de la voluntad del Dios creador.
Estos atributos o muestras «neteru», palabra mal traducida como dioses, deben ser respetados y venerados por todo el pueblo egipcio porque son muestras de la voluntad del Dios creador y caracteres con las que se escriben las instancias dirigidas a ALLA. Era tan evitable la unidad política si Egipto tuviera centenares de dioses.
SAMIR AHMED GUIA TURISTICO