A muchos de nosotros se nos da por abrir el procesador de texto y pasarnos un tiempo mirando la pantalla en blanco hasta que nos decidimos a teclear algunas líneas. Al producto de eso le llamamos “cuento”, “poesía”, “novela” o simplemente “ficción”. El problema aparece cuando otras personas leen lo que escribimos y no opinan exactamente lo mismo. O bien nos regalan un “qué lindo” que nos acaricia un poco el ego pero no refleja otra cosa que el complejo de culpa de la persona que nos elogia, o directamente (pocos casos, por desgracia) nos dicen que no les gustó nuestra pequeña criatura literaria. Pensemos juntos algunas soluciones para eso.

En este primer punto revisemos algunas cuestiones básicas, que ocultan en realidad una visión estética particular de Yoescribo.com.ar (nunca dejen que les vendan gato por liebre con lecciones neutrales sobre ficción).

1 - Un texto debería tender siempre a la simplicidad y evitar toda clase de hipérboles*, oraciones interminablemente largas, descripciones intrascendentes o expresiones de la psicología del personaje que no ayudan al desarrollo argumental.

Veamos. ¿Qué quiere decir eso de evitar toda clase de hipérboles? Nos referimos a que la siguiente frase: “Y el monumentalmente grandioso pájaro surcó los cielos inmensos, inabarcables, con su vuelo mágico que deslumbraría hasta al más majestuoso ser de este maravilloso y extenso planeta” produciría espasmos en el más inalterable lector. Sugerimos algo un poco más sencillo: “Y el pájaro surcó el cielo con su vuelo deslumbrante”. Sin duda nadie dejaría de reconocer que un pájaro con un vuelo deslumbrante es grandioso. Todos conocemos la inmensidad del cielo y desearíamos que el autor manifestara su optimismo de un modo menos acaramelado.

Con la psicología del personaje es lo mismo. De qué sirve decir que el personaje se cepilla los dientes de manera horizontal y no vertical si eso no contribuye en nada al argumento. Sólo vuelve más tediosas las descripciones.

*Hipérbole: Figura retórica que consiste en aumentar o disminuir excesivamente aquello de que se habla.